Wednesday, January 7, 2009

NAVIDAD


Navidad es toda una tradición en mi casa, todo el show de la preparación navideña empieza semanas antes del día 24; sabes que se acerca navidad porque mi papá, al cocinar el relleno del pavo pone música navideña, que puedes oír en toda la casa, esa es la primera pista de que se acerca navidad, la segunda es que días después, mi mamá separa parte del relleno para hacer los canelones y la mientras tanto la música sigue adelante, ya con la casa adornada de navidad entramos todos en espíritu navideño.

Cuando yo era pequeña, recuerdo muy bien una navidad, que mientras mi papá hacia su famoso pie de manzana, nos puso a mi y a Gabriel a dibujar las portadas de los cassettes que había grabado con canciones navideñas, yo tenia aquella navidad, no mas de 8 años, recuerdo perfecto a mi y a mi hermano sentados en la mesa redonda blanca del antecomedor, dibujando en una hoja de maquina con lápiz y luego pluma negra, pinitos, monos de nieve, regalos, estrellas, dulces y demás que se nos ocurría que tuviera que ver con la navidad, mientras oíamos las canciones de navidad de Mickey y sus amigos; quien iba pensar aquel día que 15 años más tarde mi papá todavía tendría guardados aquellos dibujos que hicimos en los cassettes de navidad, ya cuando los cassettes habían quedado atrás dando paso a los cd´s.

Otra cosa que recuerdo es la comida del día de navidad, desde que tenia 7 años y me pidieron en la escuela que dibujara lo que iba hacer en navidad, yo no hable de Santa ni de los regalos, ni de las luces de bengala, hable de la cena tan grande que íbamos a tener y que iba estar deliciosa… se acostumbra en mi casa hacer botanita (camarones, salchichas envueltas, jamos serrano, quesos, papas y de mas) para antes de cenar y ya después la cena (relleno, pavo, puré, canelones, ensalada de manzana) y el postre (chocolates, pie de nuez, galletas, mostachones, nuez garapiñada) no se puede quedar atrás, recuerdo que la Yaya hacia unos cuernitos y unos chocolates deliciosos, los cuales ahora hace Tere; los aromas y sonidos que se fusionan ese día y los días anteriores en la casa, es parte de mi definición de navidad, junto con las risas entre hermanos, bromas, guasas, recuerdos e historias que cuenta mi papá de cuando éramos pequeños, así, como el café y el cansancio que te invade después de comer.

Un día regresando de una cena de navidad en casa de una de las hermanas e mi papa, recuerdo perfecto que nos habían dejado los regalos de Santa en la cama de cada unos de mis hermanos y mía y al llegar a la casa, mi mama subió primero a los cuartos y cuando entró mi cuarto empezó a gritar “corran, corran! acaba de irse Santa” y recuerdo perfecto la emoción que sentí, corrimos y nos asomamos a la ventana y mi mamá decía: “ahí va! lo ven?” y nosotros “No! No! Donde?”, “ahí! Ahí!” repetía y repetía mi mamá, luego nos dijo: “silencio! para que oigan las campanitas del trineo” todos nos callamos al instante, llenos de emoción pegados al a ventana empujándonos unos a otros tratando de oír las campanitas el trineo de Santa, tanta fue nuestra emoción, que oí las campanitas en mi imaginación y nadie me podía hacer pensar lo contrario, brincamos junto a la ventana, no nos queríamos despejar con la ilusión de volverlo a ver hasta que mamá dijo: “ya se fue, ya no lo van a ver, tiene que ir a dejar regalos a otros niños vamos a ver que les trajo mejor…” todavía recuerdo que esa navidad recibí una Rainbow Brite, con su caballo de peluche y unos ositos cariñositos, es uno de mis mejores recuerdos, otra navidad recuerdo que bajamos y estaban los regalos abajo del pino, uno de cada color, rafa-azules, tere-rosas, gabo-verdes, y los míos amarillos, recuerdo que le pregunte a mamá, “¿porqué todos del mismo color?” y mi mamá respondió: “los envolvió Santa así porque sabe que ese color le gusta a cada quien” y claro… no la creímos de toda a toda… otra nos trajo Santa un pogo-ball y un patín del diablo y una avalancha, queríamos salir volados a estrenar todo…

Mi mama solía decirnos “tienen que irse a dormir y no abrir los ojos porque luego Santa sabe si no están dormidos y no les deja regalos”; mi hermana y yo dormíamos en literas y yo era un remolino no me estaba quieta ni dormida y esa navidad me caí de la litera termine en una orilla entre la cama y la pared, toda adolorida, Tere me pasa una almohada y una cobija sin ver, muy apenas me las aventó y me dice: “ya no llores, duérmete porque si no, Santa no te trae nada…” ahorita muero de la risa y le canto que como me dejo ahí, en el piso, y ella me responde aun el día de hoy… “es que si abría los ojos, Santa no me iba dejar regalos.”

Cuando somos pequeños creemos con una ilusión en Santa, la Ratona, la Coneja, etc… y cuando crecemos dejamos de creer en eso, pero en realidad solo lo cambiamos por otra cosa como azares del destino o casualidades, la ilusión de ganar la lotería, etc…

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